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El ingenio de azúcar
más pequeño del mundo
En el
Museo de Curiosidades Cubanas, en la ciudad de Daytona, Florida,
se exhibe permanebtemente un ingenio de fabricar azúcar, movido por vapor, que es en verdad el más pequeño del mundo. Puede, en efecto, fabricar azúcar, y constituye una de las más celebradas realizaciones
de ingeniería mecánica que pueden verse en este mundo en que vivimos.
Esta maravilla
de paciencia y ciencia fue construida en la Villa del Undoso, por uno de los hombres más industriosos y perseverantes que
ha tenido esta ciudad en su historia de hombres célebres. Enrique Ortiz de Lima. “Viejo” Ortiz, como se le conocía
cariñosamente, nació en Sagua La Grande, en la calle de Solís esquina Marta Abreu- al lado de la casa de los Alvaré-, el 14
de Enero de 1867. Hubo de fallecer el día 6 de Enero, Día de Reyes, del año 1956, a la edad de 89 años. Constituyó un hogar
que fue espejo de respeto y amor, siendo su compañera Irmenia Sánchez Santos, con la que tuvo nueve hijos, a saber: Antonio,
Pilar, Amparo, Carlos, Mario, Miguel, Mirta, Rubén y María Josefa.
Su oficio
lo aprendió en una fundición situada en el Barrio de Coco-Solo, quizás la misma que se conoció por la de maribona. Su calidad
de primerísimo operario le facilitó trabajos de su especialidad en los centrals azucareros “El Purio” “Tinguaro”
y “La Francia”.
En 1893,
durante tres años, Don Enrique y familia residieron en la ciudad norteamericana de Nueva Orleans, estado de Louisiana, donde realizó diversos trabajos relacionados con su profesión. Después regresó
a Cuba, siendo nombrado Jefe de los Talleres de los Ferrocarriles Unidos, primero en Isabela de Sagua y más tarde en la misma
ciudad de Sagua.Debido a la crisis económica de los años 30 y del traspaso de los talleres de esa empresa a los de Ciénaga,
en La Habana, Don Enrique fue jubilado.
Pero Enrique Ortiz vivía enamorado de su oficio. Consideraba la mecánica como un arte creador, y decidió que emplearía
su tiempo de retirado en construer un ingenio de azúcar que no tuviese modelo conocido y que fuese fruto de su imaginación.
Se entregó a esa tarea, para lo cual, y pese a sus setenta años de edad, tomó un curso de dibujo lineal, por correspondencia,
pues le hacía falta para la confección de planos y calculus necesarios para la confección de aquella ingeniosa y pequeña maravilla
functional. Ocho años después se tomó en terminar el trabajo que muy pronto comenzó a ser objeto de la admiración de propios
y de extraños . Era una labor amorosa hecha a ratos de inspiración y en momentos de studio y logradas simetrías. Por su casa
pasaron ingenieros del país y varios extranjeros, y maravillados, todos opinaban que se trataba de la mente creadora de un
ingeniero más que la de un mecánico.
Sin estar
terminado fue exhibido en la Feria Agrícola Industrial de Rancho Boyeros, a principios de los años cuarenta. Más tarde en
1944, exactamente, fue expuesto ya complete en otra Feria Industrial que fue celebrada en el Malecón habanero frente al Parque
Deportivo José Martí.
Completamente terminado el proyecto,el Ayuntamiento de Sagua La Grande le otorgó un pergamino nombrándolo Hijo
Predilecto de la Villa del Undos, homenaje merecidísimo
a uno de sus hijos de pura cepa sagüera que dejaba constancia de su talento imaginativo y de sus finas artes de maestro mecánico.